Aquí podrás leer las excrecencias de mi cerebro. Que no son pocas. Ni agradables. ¡Pero son mías!. Un reto... una tontería por día... ¡365 tonterías al año!
El antídoto había vuelto a fallar. Lleno de ira, Theodor barrió las probetas del laboratorio con sus brazos y juró con lágrimas en los ojos que algún día volvería a tener tentáculos.
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